Hace una semana que me operé, y pensé que iba a ser más fácil.
Siempre me dijeron y leí, que el primer día era malo, pero que el segundo era mucho mejor y que para el tercero uno ya estaba casi.
Tenía la experiencia de la apendicitis, y aunque iba preparado para un primer día malo, esperaba que el segundo y tercer día fueran parecido a eso, pero fue mucho peor.
Los hoyos del abdomen no duelen a menos que uno haga mal una fuerza, como pararse... a veces no sale "la técnica" y uno ve estrellitas... pero a los segundos se pasa y no duele mas. Esa parte no es para nada terrible.
Tampoco hay dolor en el estomago mismo... lo cortaron, lo corchetearon y lo cosieron; pensé que a lo mejor podría doler, pero tampoco.
El problema son las nauseas y los gases, porque los gases duelen.
Creo que alguna vez un famoso llegó a la clínica pensando que tenía un ataque cardiaco y eran gases...(¿o fue al revés?).
Porque cuando uno tiene gases donde menos duele es la guata, por ejemplo a mi me dolían mucho los hombros; Sólo al respirar, pero lamentablemente uno respira todo el rato.
Te traen una maquinita para que los pulmones vuelvan a recuperar el espacio ocupado por los gases.
Es como la franja de gaza, pero en vez de palestinos hay pulmones y en vez de judíos hay gases.
Los pulmones ocuparon toda la vida un determinado territorio del cuerpo, y el día de la operación implantaron gases en parte de ese territorio (y seguirán llegando si hablas mucho, al comer, etc.)
Los pulmones necesitan el espacio para respirar, pero cuando intentan ocupar ese espacio duele.
La tendencia natural es a evitar el dolor, por lo que los pulmones ocupan cada vez menos espacio, inhalando menos aire; pero esto es malo, porque puede acarrear complicaciones y la maquinita es para hacer ejercicios respiratorios donde llenas los pulmones de aire (con el dolor, que "es bueno") de manera de recuperar territorio ocupado por los gases invasores.
Los gases deben ir a algún lado, así que salen como eructos.
Por varios dias hay que eruptar y tirarse pedos... sin haber comido nada solido desde el viernes, y con los hoyos del abdomen que te duelen cuando haces fuerza abdominal, defecar o tirarse pedos no es tan facil como suena. Tendido en la cama pensaba "¿quien hubiera pensado que alguna vez, tirarme un pe'o sería una meta?"
Ese día llegaron visitas, y tuvieron que aguantarme, porque la indicación médica era sacar esos gases invasores de mi cuerpo. Mirando en retrospectiva, creo que hubiera sido mejor día de visita el primero, cuando estaba medio dormido y todavía no me hacían hacer ejercicios para sacar los gases.
Los días en la clínica fueron mas o menos iguales. Me ponian remedio y me sentía un poco mejor, pero se me pasaba el efecto y me volvía a sentir mal.
La primera noche desperté 3 veces, por lo que para el resto me dieron pastillas para dormir, pero cuando volví a casa, (sin pastillas para dormir) seguía despertando a las 2, a las 4 y a las 6 de la mañana.
Un kinesiólogo iba 3 veces al día para hacerme hacer ejercicios en las piernas para las trombosis, respiratorios para el conflicto "Pulmones - Gases", y a caminar y subir escalas, para inducir eructos por todos los pasillos de la clínica.
Todos los días me preguntaban si "había hecho caquita" o si me "había tirado pe'itos" y yo pensaba "de a donde?, si estoy a dieta liquida", y con la sensación de los gases, si tomaba 2 cucharadas de té era mucho.
Estuve todo el tiempo con suero, por ahí me alimentaban e hidrataban.
El jueves en la mañana me dieron de alta, yo tenía un poco de susto igual, porque todavía me sentía mal con los gases, de hecho recién el domingo comencé a sentirme un poco mejor; Además se suponia que tomara un litro de agua diario además de las comidas de la dieta liquida... pero el agua en la clínica casi no la toqué y las comidas todavía no las podía pasar bien.
De como me ha ido en la casa, voy a escribir después, porque esto ya está muy largo y no quiero aburrir, además me queda poca batería.
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